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AgileDesign SprintInnovación

Quiero validar un producto, ¿por dónde empiezo? Design Sprint

By 10 de junio de 2020junio 30th, 2022No Comments

Hace un tiempo leí un libro porque su título me llamó la atención: “Y Google, ¿cómo lo haría?”. El libro trata sobre cómo Google había logrado ser una empresa de crecimiento exponencial y de cómo había aprovechado las oportunidades de la era digital.

Desde hace un tiempo vengo usando Design Sprint para ayudar a startups y organizaciones a validar productos de manera ágil y leyendo este libro se me quedó grabada una frase que rezaba así en su portada: “Hagas lo que hagas, Google lo acabará haciendo mejor que tú y además gratis. ¿Estás preparado?”.

Desde aquella me pregunto si realmente las organizaciones de hoy en día estamos preparadas para tomar decisiones sobre nuestros productos de manera totalmente ágil, sin perder un minuto en aquello que realmente no es importante. Poner al usuario en el centro, pivotar nuestros modelos de negocio en lapsos de tiempo realmente cortos y maximizar de manera continua el valor entregado al cliente son los retos de las organizaciones en el mundo que viene: incierto.

Design Sprint nace, curiosamente, en el seno de Google Ventures de la mano de Jake Knapp con el objetivo de reducir la incertidumbre en la etapa inicial de conceptualización de un producto o servicio. En las próximas líneas trato de contarte nuestra experiencia y aprendizajes con el método de Google.

Design Sprint, un socio ágil en la etapa de discovery

Soy un férreo creyente de las culturas organizativas que se basan en una mentalidad ágil para el desarrollo no solo de sus productos sino también para cosas tan dispares como la implementación de nuevos procesos, la reorganización de un área o tareas tan cotidianas como las de los recursos humanos. Desde que conozco Design Sprint he profundizado en él, descubriendo poco a poco el potencial que tiene y la ligereza con la que permite que cualquier organización pueda adoptarlo en cuestión de días para el testeo de sus productos.

Llegados a este punto querrás saber algo más sobre Design Sprint y por qué me declaro un fanático… Te cuento a continuación.

Design Sprint, como decía, nace de la necesidad de GV, el brazo de inversión de Alphabet, de reducir la incertidumbre y maximizar el valor de sus inversiones. Para que te hagas una idea, GV, invierte en decenas de startups y en su portfolio hay algunas como Uber, Medium, Stripe o Slack. Aunque trabajan con capital riesgo, tienen como premisa que los fondos no son suficientes para alcanzar el éxito, hace falta algo más. Jake Knapp y su equipo diseñaron “Design Sprint” un método para validar productos en tan solo 5 días. Esto les permitió reducir la causa más común de fracaso de una startup en etapas tempranas: vender algo que nadie está dispuesto a comprar.

Design Sprint basa todo su potencial en una serie de pasos para la creación rápida de prototipos que posteriormente validaremos con usuarios reales. Esto acelera el proceso de aprendizaje sobre el usuario, la aceptación del producto y el testeo de las funcionalidades principales.

Slack, por ejemplo, utilizó Design Sprint para rediseñar por completo su modelo de comercialización. Muchos de nuestros clientes comienzan a utilizarlo, viviendo en primera persona como este método comprime el trabajo de meses en tan solo 5 días. Design Sprint reduce la incertidumbre, maximiza el aprendizaje y ayuda a basar la toma de decisiones en evidencias.

¿Cómo abordar un Design Sprint?

Cada día de un Design Sprint lo dedicaremos a cubrir una parte importante sobre el descubrimiento y la validación del producto, por tanto no deberíamos de saltarnos ninguna de las etapas.

Design Sprint nos permite validar nuestro producto en 5 días

Cada una de estas etapas enlaza con la siguiente y está irremediablemente interconectada con el resto. Concentrar el trabajo en una semana nos permite fomentar la colaboración y la motivación del equipo que lidera el proceso, mejorando así no solo el resultado sino también la experiencia de las personas implicadas.

  • Lunes: Mapea el problema y define el target

En esta primera fase profundizaremos sobre el reto a abordar y trabajaremos con diferentes herramientas para conocer de manera más exhaustiva a nuestro usuario. Al final del día habremos identificado el problema raíz sobre el que nos centraremos y tendremos suficientes insights sobre nuestro usuario para continuar.

  • Martes: Esbozar posibles soluciones

El martes, tras pasar un día indagando sobre todo aquello que desconocíamos, nos inspiraremos e iniciaremos la fase creativa. Es en este momento cuando potenciaremos la generación de ideas para poseer una amplia gama de alternativas que aterrizaremos en bocetos detallados. Utilizaremos para ello un proceso en 4 pasos que van desde la captura de los insights de las actividades anteriores al boceto con detalle de la solución de manera individual.

  • Miércoles: Decide sobre la mejor solución

En este momento habremos llegado al ecuador del Design Sprint, el equipo habrá generado diferentes ideas y por tanto es el momento de filtrar. El equipo trabajará de manera pautada para decidir cuales son los supuestos que deseamos probar, votaremos las mejores ideas y seleccionaremos aquella que consideremos más apropiada para alcanzar el objetivo que nos hemos marcado.

  • Jueves: Construye un prototipo realista

Llegó el día de materializar todo lo trabajado, bocetado y debatido. Necesitamos construir un prototipo realista que enseñarle a nuestros clientes para que nos den feedback. Para ello, partiremos de un Storyboard trabajado durante la jornada anterior. Los diseñadores del equipo se encargarán de prototiparlo a alta fidelidad. Podemos pensar que necesitaremos días o semanas para llegar a un resultado perfecto. No es necesario llegar a la perfección, tan solo necesitamos crear una fachada ficticia pero realista de nuestro producto para mostrarle a los usuarios.

  • Viernes: Testea con los usuarios

En este tiempo hemos conseguido pasar de un reto a un prototipo realista y concreto. Ha llegado el momento y el equipo presentará el resultado del Design Sprint a usuarios reales.

Terminaremos nuestro Design Sprint con un concepto validado, o no, para poder tomar decisiones sobre los siguientes pasos del producto. De cualquier modo, habremos aprendido sobre el reto, sobre el producto y obtenido feedback de usuarios reales. Indudablemente hemos avanzado y tan solo en 5 días.

Nuestra experiencia COVID-19

Durante la fase de confinamiento más estricta, con afán de reinventarnos y explorar alternativas ante el nuevo paradigma, lanzamos el OBA Week, un evento íntegramente online que buscaba reunir experiencias sobre agilidad empresarial.

Hasta este momento, habíamos organizado o participado en la organización de eventos presenciales, como el Noroeste Agile 2019, pero nunca nos habíamos parado a pensar en las implicaciones que tendría diseñar un evento completamente deslocalizado (ponentes y asistentes) mientras tratábamos de no empobrecer la experiencia de lo presencial.

Durante el proceso, identificamos algo que no estaba bien cubierto por las soluciones del mercado y creímos encontrar ahí una oportunidad de negocio. Con ganas de explorar más sobre esa hipotética oportunidad decidimos ejecutar un Design Sprint interno y con la idea de enriquecer nuestra sesgada visión decidimos contar con algunas personas ajena al equipo.

No había otra opción, el COVID-19 nos forzaba a lanzar el Design Sprint de manera online y por suerte, el nuevo formato, nos serviría para recoger los aprendizajes que a día de hoy estamos aplicando con nuestros clientes. Dos pájaros de un tiro: aprendíamos sobre nuestro hipotético y futurible producto a la vez que aprendíamos del nuevo entorno de trabajo.

¡Y vaya si aprendimos!

Aprendizajes clave de un Design Sprint en remoto

  • Aprendimos que un Design Sprint online, con el formato presencial, se hace pesado (las horas de auriculares frente a una pantalla pesan) y por tanto lo redujimos a 3 sesiones. En online el foco es tal que nos ayudó a centrar el tiro mucho más.

 

  • Aprendimos que es más fácil reunir al equipo de manera online que en presencial, ya no dependemos de la limitación espacio – tiempo. En nuestro caso, algunos teníamos compromisos con nuestros clientes y fue más fácil encontrar huecos en los que todos estuviésemos disponibles.

 

  • Aprendimos que Miro (o herramientas similares) pueden suplir con creces las pizarras físicas, los postits y las plantillas en papel. En nuestro caso, estuvimos probando Mural, Whiteboard de Microsoft y Miro y entre las tres, esta última se lleva la palma. A la hora de preparar el espacio y posteriormente colaborar sobre el, Miro es la opción más flexible y consistente.

Miro, una herramienta colaborativa

  • Aprendimos que, en remoto, es más fácil programar parte del trabajo de manera asíncrona. Parte de las fases de “Esbozar”, “Prototipar” y “Testear” las ejecutamos fuera de esas sesiones y aunque luego hubiese puntos de puesta en común esto nos permitió avanzar a más velocidad.

 

  • Aprendimos lo sencillo que es documentar el proceso si lo haces de manera online. Aunque no lo busques directamente, todo queda perfectamente documentado. Fue muy sencillo exportarlo a pdf y compartirlo con todos los participantes.

 

  • Los invitados (potenciales usuarios) y gente externa al equipo no han tenido que desplazarse hasta nuestras oficinas, lo que hizo más fácil contar con ellos y porque no, también supuso un ahorro en costes.

 

Aunque aprendimos un montón de cosas, este primer Design Sprint online también tuvo sus fallos que nos han servido para no reproducirlos y seguir mejorando.

Como anécdota, el producto que conceptualizamos durante nuestro Design Sprint lo hemos validado con potenciales usuarios (al menos una parte). Ahora mismo trabajamos en el MVP bajo el marco Scrum, el cual nos está ayudando a priorizar y a trabajar por iteraciones.

Pronto, si estáis subscritos a nuestra newsletter, recibiréis una invitación para participar en el PoC (Proof of Concept) que haremos con algunos de nuestros subscritores. Si queréis saber más… ¡estar atentos (y subscritos a nuestra newsletter)!

Recomendaciones

 

  1. Define bien el reto sobre el que quieres trabajar. Puede que no conozcas la solución pero es importante que el equipo entienda a la perfección el problema a resolver.

 

  1. Cíñete a los tiempos. Design Sprint es un Time Box muy ajustado y cada una de sus etapas y dinámicas lo son aún más. Como facilitador, cíñete muy bien a los tiempos y ayuda al equipo a entenderlos y respetarlos.

 

  1. Cuenta con la figura de decisor. Es importante que alguien con poder de decisión participe o al menos esponsorice el Design Sprint. De este modo garantizamos que alguien puede validar el resultado y desatascar al equipo en momentos clave.

 

  1. Garantiza la capacidad de ejecución. No podemos preveer la dimensión que puede tomar la solución resultante de un Design Sprint pero, al menos, debemos garantizar la capacidad para, en caso de éxito, poder lanzar un producto. Esto parece que es lógico pero de lo contrario el equipo se desmotivará y ya nunca volverán a creer en el proceso.

 

  1. Cuenta on un facilitador experimentado. Ayudará a la hora de desatascar al equipo y a facilitar con las mejores herramientas en cada momento.

 

  1. Entrena. Si no tienes experiencia, no te preocupes todos tenemos una primera vez. Un buen facilitador lo es porque antes se ha probado mucho.

 

  1. Mantén el foco en el usuario. Cualquier otra interrupción puede ser el inicio de un patinazo.

 

  1. Sigue el proceso. Habrá participantes que tratarán de cambiarte los pasos y el contenido “yo ahora haría esto otro…”. Mantente firme, confía en la agenda que has montado, sino le habrás abierto las puertas al caos.

 

  1. Consigue un equipo compensado. Diseñadores, gente de negocio, marketing, tecnología… Esto te permitirá abordar el reto desde diferentes perspectivas.

 

 

 

 

 

 

En Kelea somos trainers oficiales por la Design Sprint Alliance y podemos ayudarte a implementarlo en tu organización. Además, creemos que lo importante no es que las empresas incorporen métodos ágiles para la conceptualización de producto sino que culturalmente abracen estos métodos, los entiendan y los hagan suyos. Por eso, también podemos formar a los tuyos para que desde dentro lideren la implementación de este tipo de prácticas.