Con el auge de Scrum y las metodologías ágiles, cada vez nos suena más el concepto de equipo autoorganizado. Según la guía de Scrum, los equipos Scrum son autoorganizados y multifuncionales pero, en muchas ocasiones, o no entendemos en qué consisten, o tenemos serias dudas sobre su aplicación y los ámbitos donde puede aplicarse. Sin embargo, recientemente el éxito de este tipo de organización de las personas ha llevado a que incluso comencemos a ver equipos autooorganizados en el fútbol.
¿En que consiste la autoorganización?
Si bien podemos ser conscientes de que son una gran opción para llevar a cabo el trabajo sin depender de varias áreas que no son parte del equipo y que está diseñado para tener una mayor flexibilidad y productividad, tendemos a encasillar estos equipos dentro del desarrollo de software y tan solo vemos barreras a la hora de llevarlo a otros ecosistemas.
Autoorganizado no significa que el equipo hace lo que le viene en gana, si no compartir la misma visión de producto entre todos sus integrantes y la responsabilidad sobre el fruto de ese trabajo. Y esta máxima esta perfectamente representada en el mundo del fútbol en Paco López y su Levante FC.
Paco López se hizo cargo del Levante en 2018 ascendiendo desde el filial, y desde entonces la trayectoria de los granotas no ha podido ser mejor. Pero para poder entender gran parte de ese éxito, hay que fijarse en la gestión grupal que realiza el entrenador Valenciano.
¿Qué conlleva la autoorganización en este ámbito?
El Levante al completo se rige por alinear los intereses individuales con los colectivos, construyendo un equipo en mayúsculas. Destacando un clima positivo en el día a día y la comunicación sin limites entre sus integrantes, el equipo granota pone en valor el papel de cada jugador implicándolo en la toma de decisiones en lugar de ser algo impuesto únicamente desde arriba como es lo habitual, «Tratamos de que el jugador tenga una reacción pro-activa y nosotros una escucha-activa» recalca el entrenador.
Los capitanes, cual Scrum Master, son los encargados de eliminar impedimentos y ejercen de mediadores en la resolución de conflictos apoyando el diálogo en los momentos más duros, llegando a ser quienes los resuelven sin participación de los entrenadores. Y cuando llega la entrega de valor cada fin de semana en los partidos y en la retrospectiva, que se hace cada lunes tras la jornada, la clave es la mejora diaria del jugador, proceso en el que participan junto al equipo técnico. Analizan post-partido e identifican juntos sus puntos de mejora y ajustan los procesos.
Su metodología de trabajo es innovadora, y en palabras del míster en el documental Six dreams de Amazon, «Es el futbolista el que debe ser protagonista de su propio aprendizaje o mejora individual y colectiva» y «Es clave generar un clima de comunicación en el que cualquiera se sienta invitado a hablar o decir. Esto enriquece mucho los procesos de trabajo». Y es precisamente esta filosofía de hacer participe al jugador, que permite que hable y sugiera, la que aumenta su grado de compromiso la que enriquece el ambiente de trabajo.
Queda mucho para que tengamos en la máxima categoría equipos completamente horizontales, si es que llegan algún día, pero está claro que ver esta filosofía es un soplo de aire fresco y un fiel reflejo de la necesidad de poner foco en las personas y co-crear para adaptarse y sobrevivir en entornos cambiantes.
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